El octavo día, era el día del
desfile escolar (22 de febrero), llegue a las 7 de la mañana, pero los niños
estaban convocados para las 8; así que aproveché la mañana para conversar un
poco con la docente a cargo.
Tal día, yo tenía una reunión paralela
en otro colegio, por lo que tuve que pedir permiso y retirarme en dos
oportunidades, una para ir a la otra institución y la segunda para cumplir con
los compromisos acordados en la reunión, y entre ellos, era enviar una información
antes del mediodía.
Sin embargo, participé y apoyé en
la fiesta de carnaval y en el desfile dentro de la misma institución. Pude
observar como los niños se sienten felices estando fuera del aula de clases,
realizando lo que más les gusta, jugar.
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